lunes, 1 de agosto de 2011

2011: Año Internacional de los Afrodescendientes



JORGE CORONEL

En un país extraordinariamente racista como el nuestro, no es de extrañar que la inmensa mayoría de instituciones y gente ignore, o pase por alto, que este 2011 fue declarado por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como el Año Internacional de los Afrodescendientes.

Dicha declaración por parte de la ONU es apenas un pequeño reconocimiento a la cuna misma de la humanidad: África y su diáspora.

Cientos y cientos de años, siglos y siglos, han sido testigos de cómo la ignorancia, el racismo y el abandono han permeado en el grueso de la población mundial a la hora de referirse a la raíz africana.

En México, por ejemplo, las instituciones escolares y encargadas de difundir la cultura poco procuran acercarnos a nuestra raíz africana, olvidada y mancillada, apenas y una leve mención en los textos de primaria al “Presidente negro” mexicano: Vicente Guerrero, el oriundo de Tixtla, precisamente en el estado de Guerrero.

Las instituciones de “cultura”, por su parte, presentan a lo “africano” como un cliché, como algo folclórico, como algo exótico.

José Fernández Santillán, filósofo político mexicano, conocido por sus estudios sobre la teoría contractualista del Estado y sus aportaciones al debate sobre la Sociedad Civil y la Democracia en las sociedades contemporáneas, en un artículo publicado en el periódico El Universal, llamado “México: la tercera raíz”, dice: “Es falso que el mestizaje en México esté compuesto, simplemente, por la combinación de españoles e indios. Quienes han excluido o dejado en un segundo plano a los negros traídos a estas tierras como esclavos durante el virreinato, están faltando a la verdad. Lo cierto es que muchos mexicanos llevamos sangre africana en nuestras venas. A esta otra influencia se le llama, precisamente, la tercera raíz. (…) De acuerdo con los datos aportados por Fray Antonio Vázquez de Espinosa, en 1612 la Ciudad de México contaba con 145 mil habitantes. Un tercio de ellos eran negros o mulatos. ¿Pero en dónde quedaron? De acuerdo con los investigadores , Luz María Martínez Montiel y Jorge Ruiz Dueñas, esa población no fue exterminada, sino que se difuminó en el mestizaje. Todavía hay población mexicana 100 % negra en municipios guerrerenses como Cuajinicuilapan, Azoyú y Juchitán, y en comunidades oaxaqueñas como Collantes y Jamiltepec”.

Por su parte, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), tiene el Programa Universitario México Nación Multicultural (PUMC), mismo que ofrece un apartado dedicado al México Negro; fruto de este esfuerzo es el libro “De afromexicanos a pueblo negro”.

¿Y Querétaro? Para molestia y asombro de la honorable, leal, católica, apostólica, romana y racista sociedad local, la tercera raíz también está aquí. Las investigaciones de las profesoras de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Luz Amelia Armas Briz y Oliva Solís Hernández, muestran clara y contundentemente que nuestra entidad también se digna con sus raíces negras

FUENTE: http://www.libertaddepalabra.com/2011/08/2011-ano-internacional-de-los-afrodescendientes/

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