ISRAEL GALÁN BAÑOS.
30/04/2013
Los pobladores originarios ya practicaban una agricultura de subsistencia de tumba, roza y quema que también ha afectado a la naturaleza, arrasando extensiones considerables de bosque y también de selva.
Las actividades ganaderas y agrícolas aunque benéficas, ocasionan la erosión y el empobrecimiento del suelo pues sin los arboles como contención, la lluvia arrastra los nutrientes hacia el mar, y en esta zona tropical las lluvias son intensas aumentando el peligro de las inundaciones, como sucede con frecuencia en Collantes, incrementa también los efectos devastadores de los huracanes, como sucedió con el "Pauline" en 1995. Los sismos ayudan al deterioro ecológico, como sucedió el 20 de marzo de 2012.
Así durante muchos años ha habido una tala inmoderada del bosque y selva, y un empobrecimiento continuo del suelo en la región.
Esto ha afectado la flora y la fauna, con actividades sin control como la caza furtiva e ilegal, todo esto aumenta con la pobreza constante, pues las gentes comen y para subsistir acuden a especies animales y al consumo de flora en forma devastadora.
Un gran ecocidio en la zona cometió el Secretario de la Reforma Agraria federal en el sexenio de López Portillo (1976-1982), Antonio Toledo Corro, quién en contubernio con la empresa trasnacional John Deere, acometió el Programa llamado de "DESMONTE", arrasando la selva caducifolia conocida como "MONTE GRANDE", acabando con árboles de fina madera como la Caoba o "zopilote", las "parotas" o Guanacaste, las "pochotas" que producen algodón, con el Tizundo para los morillos de los techos de las casas, afectaron el manglar y el garrochal, arrasando con la flora y fauna existente.
El mayor crecimiento urbano, desordenado y anárquico, de Pinotepa Nacional; sin abasto suficiente ni planta potabilizadora de agua; sin zonas habitacionales con servicios adecuados; sin drenaje ni plantas de tratamiento de aguas negras; sin control de la basura, invade y contamina, los arroyos, charcos y ríos, arrastrando metales pesados, mercurio, detergentes, champús, etc. La falta de instalaciones sanitarias adecuadas propicia el fecalismo ambiental agravando la situación, ya que la población efectúa sus necesidades fisiológicas al aire libre. El Rastro Municipal y el mercado central de Pinotepa Nacional son un caso de contaminación grave y de salud pública alarmante.
Estos hechos afectan la flora y fauna, pues los arroyos que cruzan Pinotepa Nacional arrastran y vierten los residuos contaminantes al Río de la Arena, para terminar depositándolos en la boca del río, en el mar, provocando mortandad de aves y, sobre todo de peces, afectando la pesca, como pasa en el "charco", en Minizo en donde casi han desaparecido las mojarras, los popoyotes y otro tipo de peces.
Los núcleos urbanos invaden el hábitat de los cocodrilos y lagartos quiénes defienden su espacio natural y agreden a los humanos.
Los agroquímicos contaminan los esteros de los ríos debido al uso intensivo de defoliantes, herbicidas y fertilizantes de quienes siembran la papaya MARADOL, llevada a la Central de Abastos y a los grandes centros comerciales del DF, para gozo inmerecido de los capitalinos que no pagan el costo adicional del deterioro ecológico. Lo mismo pasa con los cacahuateros en los "Bajos", en el Cerro de la Esperanza (El Chivo), Collantes, la Boquilla de Chicometepec, Paso de la Garrocha, La Noria y otros. Esta contaminante práctica agrícola, más el desplome del precio de la copra han casi desaparecido las plantaciones de coco o "Palmares", de donde se obtienen aceites para la industria de jabones y detergentes y del hueso se extrae "negro de humo" para la petroquímica. Afortunadamente no han llegado aún los transgénicos a la zona.
Las ESCOLLERAS destruyen lagunas salobres como Corralero en Pinotepa Nacional y Cerro Hermoso en Tututepec, afectando al Parque Nacional y laguna de Chacagüa. En turbios negocios la SEMARNAT y CONAPESCA, invirtieron 70 millones de pesos, para causar un enorme deterioro ecológico, provocando eurotrificación en la laguna, disminuyendo el oxígeno y causando la asfixia de los peces, desapareciendo el camarón, los crustáceos (los cangrejos), el mejillón conocido como "Ti chinda", parte importante de la gastronomía costeña.
En Cerro Hermoso con la escollera desapareció la playa, dejando enormes dunas de arena, perjudicando a pescadores, generando emigración y desempleo al cerrar los restaurantes y palapas, ahuyentando a los turistas. Formas de depredación ecológica son la matanza indiscriminada de tortugas en las playas de la zona y el contrabando de sus huevos. El tráfico de flora y fauna, y el abigeato, también son daños ecológicos por sus consecuencias sociales. Sin embargo, ni las autoridades federales, estatales y municipales intervienen para detenerlo. Veremos que sale de la Comisión Intersecretarial (autoridades locales, estatales y federales) creada por el Gobernador para reactivar Chacagüa. Lo que importa es que hagan las obras y las hagan bien.
Frente a este panorama no todos los caminos está cerrados.
Pero un primer requisito indispensable es que la población negra afro mexicana de la zona esté bien organizada y capacitada, apoyándose en el ejido, las sociedades de producción rural, las cooperativas u otras formas de organización existentes, que aumenten su fuerza y capacidad de gestión frente a los gobiernos federal, estatal y municipal, obligándolos a que destinen los recursos públicos de manera transparente, eficiente y oportuna. Así como asistencia técnica suficiente para aumentar su eficiencia en la administración de las unidades productivas. Al fin, con las formas de propiedad social ejidal y comunal son los dueños soberanos de los recursos naturales.
A partir de esta seguridad en el control del patrimonio natural se necesita formar alianzas estratégicas entre estas organizaciones sociales, con instituciones de educación superior; con organizaciones de la sociedad civil y con empresas privadas socialmente responsables.
La alternativa es explotar los recursos naturales de manera sustentable para desarrollar una agricultura y una ganadería orgánica con el apoyo de la SAGARPA. Establecer plantas agroindustriales para procesar la Jamaica, el coco, el mango, los recursos pétreos, los recursos del mar y el manejo del agua.
Emprender campañas de reforestación con árboles maderables y frutales, con el apoyo de la CONAFOR.
Con el apoyo de la SEMARNAT crear Unidades de Manejo Ambiental (UMA's) como cocodrilarios, iguanarios, venadarios, orquidiarios, cría de peces y crustáceos en estanques apropiados.
Con recursos federales desarrollar el ecoturismo con cabañas y campamentos; los deportes acuáticos; el senderismo; los recorridos en bicicleta; los paseos a caballo; los restaurantes de comida sana usando los peces y mariscos, las frutas y verduras de la zona; construir desarrollos turísticos para jubilados, artistas e intelectuales que buscan la salud, el reposo, el silencio y la soledad creativa; con el apoyo estatal, del INAH y CONACULTA construir el museo de los negros afromexicanos, rescatando y remodelando el edificio de lo que fue "La Máquina" en Collantes, una despepitadora de algodón de la familia Valle a fines del siglo XIX y principios del XX. Crear circuitos culturales sobre la Mixteca de la Costa; otros sobre la llegada y existencia de los africanos a esta zona.
Estas son actividades de recreación sustentables para explotar la riqueza y belleza de los recursos naturales, protegiéndolos y conservándolos, aplicando el conocimiento y la técnica, rescatando y preservando su historia, afianzando su identidad, con acciones redituables para beneficio de las comunidades, incrementando el bienestar para lograr una vida digna, mejorando la calidad de vida de la población negra afro mexicana.
En la zona, hasta hoy, no se han descubierto petróleo o minerales preciosos de efectos ecológicos depredadores, al contrario aquí existe una enorme riqueza por su gran biodiversidad, sus paisajes, sus ríos, sus humedales, sus cuerpos de agua, su flora y fauna, su sol, su viento y playas, estos son mejores aún porque son renovables. El petróleo y los minerales se agotan.
Las comunidades de los pueblos negros afromexicanos no son pobres, pero tienen a su población viviendo en la pobreza, pese a que son esforzados trabajadores y cuentan, además, con la fortaleza y belleza de los cuerpos de ébano de su raza.
(israelgalan@yahoo.com.mx)
Sociólogo de Pinotepa Nacional.