Antoniote Diaz/Venezuela
En la Conferencia de DURBAN (Sudáfrica), no se fue a buscar el consenso
entre los seres humanos que fueron desarraigados e intercambiado por los
africanos a los barcos negreros europeos por cualquier producto suntuario, para
después ser llevado a tierras extrañas, vendidos y sometidos a un proceso de
esclavización en tierras europeas, cuando más bien se debió crear una
resolución que avergonzara a los africanos/africanas, por tal actitud inhumana
e impía que elevara la presencia de los negros y morenos por haberse convertido
en sujetos creadores de cultura.
Esto quiere decir, que en Durban (2001) fueron a limpiarles la cara a
los africanos/africanas, por tales hechos que marcaron un paragón en la
historia de la humanidad, puesto que se dieron el lujo de intercambiar a su
propia gente, sin importarles que eran humanos o familiares (descendientes y
ascendientes o colaterales) para solamente culpar a los europeos de tales
hechos y como siempre, seguir fortaleciendo la matriz de la pobre y subyugada
África.
Pero lo más delicado de todo, es que en
Venezuela existen un grupo muy minoritario que se han convertidos en fanáticos
de la africanidad y que se han encargado de imponer el término por encima del
rechazo que le dio el pueblo venezolano en
el Censo de Habita y Vivienda realizado en el 2011, lo cual nos lleva a
fortalecer la premisa…, que con esos resultados, es imposible que se quiera
imponer el etnónimo de Afro descendiente y menos que se quiera reconocer el
Decenio, pues, si la población total venezolana es aproximadamente de
28.946.101 aproximadamente (Según Censo de Vivienda y Habita 2.011), solamente
se reconocieron como afro descendiente 181.157 (es decir 0.7 por ciento)
venezolanos/venezolanas que se consideran descendientes de africanos y no de
venezolanos, demostrándose que ni en los estados que ellos pensaban que tenían
mayoría, fue muy poco el reconocimiento, como por ejemplo…, en el estados
Miranda (42.264 de una población de 2.675165), Carabobo (21.281 de una
población 2.245.744) y Aragua (19.874 de una población 1,630.306). Más de 15
mil en el estado Zulia de una población de 3.704.404, 18.675 se encuentran en
el Distrito Capital de una población de 1.943.901, 3.369, en el estado Monagas
6.364 de una población de 905.443, en Vargas
(6.070 de una población de 352.920,) en Falcón (5.600 de una población
de 9028479), en Bolívar (población 1.410.964 y 5.334 en Anzoátegui (de poblaciòn1.469.747),
5.287 se ubicaron en el estado Yaracuy, 4.286 en Sucre de una población de
896.291., 2.716 en Mérida, 2.287 en Nueva Esparta, 2.256 en Guárico, 2.122 en
Portuguesa, 2082 en Táchira, 1.790 en Barinas, 1.383 en Cojedes, 1.206 en
Trujillo, 956 en Delta Amacuro, 875 en Apure, 529 en Amazonas y 16 en
Dependencias Federales (Ver Cuadro de la
Población Censada 2011 por entidad Federal y su Tasa de Crecimiento.
Fuente INE).
Esto quiere decir que estas cifras son irrisorias y que no es posible
que en nuestro país , no se quiera reconocer la presencia de los estratos
negros y morenos que representan más del 52 por ciento de la población
venezolana, para darle reconocimiento al neologismo de “Afro descendiente” que
se nos presenta como anticonstitucional, antehistórico y como una matriz
colonizadora que no tiene cabida en la realidad venezolana..., porque fue muy
marcado el rechazo de los venezolanos/venezolanas en contra del eufemismo de
afro descendiente, el cual fue de manera notaria y transparente en el Censo de
Habita y Vivienda del 2011, llevado a cabo por el Instituto Nacional de
Estadística (INE).
Lo cual nos llevó a enarbolar la necesidad de empezar a desmontar las
teorías que incentivaron la colonización
de la memorias de los países que ellos llamaron provincia, periferia,
Capitanías General y que hoy los EE:UU, nos llama su patio trasero, aldea única
o tercermundista. Por ello no vimos con buenos ojos que no se haya incluido en
el debate que se dio en Durban, tales posturas (las culturas negras y la
morenas), porque se fue con una idea preconcebida, en el que se minimizo y se
olvidó que somos venezolanos, estamos en la patria de Bolívar y que estos
estratos representan la población mayoritaria en Venezuela, los cuales no se
puede echar a un lado, para darle cabida a un estrato social que solamente
logró el 0.7 de la población venezolana), a pesar de que no se han dado cuenta
que la diversidad cultural es una condición de convivencia y es por ello que la
lucha por la autonomía admite la conciencia de la existencia de otras culturas,
así como la conciencia de que el procesos mismo de experimentar la
discriminación o de luchar contra ello, le suma algo a la cultura propia, en el
que se debe ver las condiciones actuales en las cuales se producen la pérdida
de tradiciones, costumbres, adaptaciones o asimilaciones a otras culturas en
condiciones de inequidad, avasallamiento y cosificación cultural.
Por ello, es cierto que no estamos viviendo un “encuentro cultural” sino
más bien un proceso de constante usurpación, ocasionado por desigualdades y
asimetrías por las potencialidades de las culturas hegemónicas por imponerse y determinar las condiciones de
este encuentro hacia modelos civilizatorios totalitarios y hegemónicos.
Sin embargo, dichas asimetrías y desigualdades, deben llevarse a la
arena de la multiculturalidad y el
diálogo intercultural, e incluso, a un cuestionamiento de la cultura del otro,
para no caer en hegemonismos.
Por tal razón, tal desafío implica un proceso de reivindicación,
reconstrucción, re identificación, no
tanto en base a la historia de haber vivido, como comunidad, pueblo o
nacionalidad discriminada en una sociedad mestiza, sino de luchar contra la discriminación
concreta, contra la naturalización de las asimetrías sociales cotidianas,
contra prejuicios y exclusiones, contra una sola concepción de lo que es
desarrollo, progreso e institucionalidad modernizada colonial.
Es por ello que en las posturas que se han ventilado en Venezuela, no se
ha buscado la inclusión de todos los que
nos encontramos en los predios de esta gran patria y que nos caracterizamos por
poseer una piel oscura, lo cual llama a
la reflexión, puesto que no se puede hablar de diversidad, cuando no se quiere
llegar a consenso y lo que se ha hecho, es asumir una actitud de ponerse a la
saga contra cualquiera postura que forme parte del gentilicio de la identidad
venezolanas para echar la racionalidad de los hechos histórico (en que se
fundamentó la colonización de la memoria) a un lado, sin internalizar que tales
estratos que se caracterizan por poseer una piel oscura, contaron con el
desprecio de sus originarios (Los africanos que se dedicaban a cazarlos e
intercambiarlos a los barcos negreros europeos.., para que después fueran
trasladados a tiene ajenas y vendidos, para después de ser adquiridos, ser
esclavizados por sus propietarios), los cuales despreciaron su propia
idiosincrasia, aceptaron la del colonizador y cuando fueron a reflexionar, eran
demasiado tarde, porque ya estaban colonizados, conquistados y sometidos a las
implicaciones del poder imperial que para la época se hacían trasparente a
través de la imposición del etnocentrismo de su cultura.
Por tal razones, creemos que la poca
comprensión de los hechos históricos, se convirtió, en una trabas que impiden
el acceso concreto a la verdad, por ser demasiadas cerrada y excluyente, las
cuales sigue impidiendo el buen discernimiento, en el cual sentimos que sin la
presencia de la culturas negras y morenas no se puede llegar a posiciones mucho
más abiertas que permitan superar la camisa de fuerza de las ideologías
colonizadoras…, en donde se hace necesario asumir posición y establecer el
diálogo en fortalecer la etnicidad venezolana y fundamentalmente la unidad de
todos los venezolanos.
Ello nos lleva hacer una reflexión profunda acerca de desmontar, revisar
nuestra propias posturas y echar a un lado, aquellas que no ayudan a fortalecer
todo aquello que nos enriquece como pueblos
que tenemos orígenes distintos, con historias diferentes y costumbres
diferentes para poder entender que hay
que hacer todo lo posible por buscar esa “unidad en la acción”, a la cual
nuestro Presidente Hugo Rafael Chávez Fría siempre hacía mención y que enarboló
en cada discurso que pronunció, ante de su muerte, porque hay que ver con mucha sutileza que se
hace necesario buscar conceso, en un país que se considera multiétnico,
pluricultural y diverso, pero que además reconoce “…el ejemplo histórico de
nuestro libertador Simón Bolívar y el heroísmo y sacrificio de nuestros
antepasados aborígenes y de los precursores y forjadores de una patria libre y
soberana…”(Preámbulo de la CBRV), en el que los estereotipados como negros
fuimos reconocidos después de doscientos años de vida republicana, como
“forjadores”, lo cual quiere decir que eran tan inteligentes estos humanos
gregarios (a pesar de tener tal carga histórica negativa que le atribuyó las
culturas europeas) que tuvieron la capacidad de reconocer que se encontraban en
espacios geográficos distintos, aprender sus diferentes idiomas, crear una
toponimia distinta a la original diferente a la de los africanos, europeos e
indígenas, y simplificar todo lo que estaba a su alrededor, para poder
comprender las posturas del colonizador, como sus influencias diversas y
complejas, y como se habían convertido en la clave del empobrecimiento colonial
del que hemos sido víctimas, producto de la imposición de la dominación
occidental.
Por lo tanto, no podemos aceptar que pese a que la Declaración Universal
de Derechos Humanos establece que “Todos los seres humanos nacen libres e
iguales en dignidad y derechos, el proceso de colonización europea, el
genocidio de los pueblos originarios y el establecimiento de la trata
transatlántica como mecanismo para garantizar la expoliación de los recursos
del continente americano con mano de obra gratuita, aún en la actualidad
continúa definiendo y condicionando las posibilidades de desarrollo de la
población americana”, está declaración no sostiene que de África salieron
negros y negras, no menciona la participación de los africanos/africanas en el
negocio de la Trata Negrera y menos, del trato cruel que le dieron a sus
congéneres (se pasa por alto) y de los trecientos años de olvido después que
los africanos intercambiaron y se dedicaron a cazar como animales a su
congéneres, para solamente hacer hincapié en los limitados avances en materia
de discriminación racial que la Asamblea General de las Naciones Unidad declara
el 2011 como el Año Internacional de los Afro descendientes, en donde no se
trata la conducta adoptada y discriminatoria e inhumana de los africanos, sino
solamente la del europeo y por ello, se busca imponer fortalecer medidas
nacionales, como la cooperación regional e internacional, en beneficio de las
personas de ascendencia africana en relación con el pleno disfrute de los
derechos económicos, culturales, sociales, civiles y políticos, su
participación e integración en todos los aspectos políticos, económicos,
sociales y culturales de la sociedad, olvidándose de su ordenamiento jurídico y
que en el caso de Venezuela “La Constitución es la norma suprema y el
fundamento del ordenamiento jurídico. Todas las personas y los órganos que
ejercen el Poder Público están sujetos a esta Constitución” (Ver el Art. 7 de
la CRBV) y que nada puede estar por encima de ella y sobre ello, hay bastante
jurisprudencia de la Sala Constitución del Tribunal Supremos de Justicia y que
recomendamos que es bueno revisar.ç
Esto quiere decir, que LA RESOLUCIÓN 68/237 LA ORGANIZACIÓN DE LAS
NACIONES UNIDAS (ONU) que decretó el Decenio de los Afro descendientes, a
partir del 01 de enero del año 2015 y que se mantendrá hasta el 31 de diciembre
del 2024....,l parecer intenta imponer ante la legislación interna de cada país,
que los afro descendientes “…representan un grupo específico cuyos derechos
humanos deben promoverse y protegerse; pero además para hacer un mayor hincapié
en la significativa contribución realizada a nuestras sociedades y proponer
medidas concretas con el fin de promover su plena inclusión y luchar contra el
racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de
intolerancia”, en el que se olvidan que de África, salieron negros/negras, sin
identidad, tratados como animales, y que en ningún momento fueron considerados
descendientes de africanos y en el que no se quiere reconocer, que mientras
África nos quitó la identidad, América nos la dio y nos reconoció como
ciudadanos/ciudadanas caribeños y americanos.
Lo que quiere decir, que tal Resolución pasa por alto a América para
limpiarle la cara a los africanos y africanas que participaron en el negocio de
la trata negrera…, puesto que no eleva, ni estimula, la condición del americano
caribeño de piel negra, menos su aporte a la americanidad y al problema del
conocimiento, porque los negros se transformaron en sujetos creadores de una
cultura diferente a la africana que posee rasgos propios y que es única en el
mundo, porque posee rasgos indígena, europeos y de los desarraigados africanos,
tratados como negros, animales, como no africanos…., pero lo más delicado, es
que no reconoce el trato impío contra los otros estratos de la sociedad,
sometidos al imperio del capitalismo y no se da cuenta que la discriminación se
da por no tenerlos recursos apropiados para su desarrollo y que ya no solamente
los estratos negros/negras son los discriminados, sino también los indígenas y
los blancos pobres (Lo que quiere decir que la resolución asume una postura
racista, discriminatoria y xenofóbica contra los otros estratos sociales) y en
el que no se analizó, la disyuntiva de los negros ricos Vs. Negros pobres o de
las negras blanqueadas que asumen una posición endorracista.
Solamente se preocupa por establecer un
mandato que si fuera una especie de
estado supranacional..., para establecer que la comunidad internacional, las
organizaciones internacionales y regionales, deben difundir la Declaración y el
Programa de Acción de Durban y la Convención sobre la Eliminación de todas las
Formas de Discriminación Racial…, además de reunir datos estadísticos,
Incorporar los derechos humanos en los programas de desarrollo y honrar y
preservar la memoria histórica, sigue dejando a un lado, la participación de
los africanos en el Negocio trasatlántico de la Trata Negrera y se olvidan del
Proceso de Desarraigo que se originó en África y del trato inhumanos que le
dieron a los estratos negros, para darle órdenes a los estados soberanos para
que adopten medidas concretas y prácticas mediante la aprobación y aplicación
efectiva de marcos jurídicos nacionales e internacionales y de políticas y
programas de lucha contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y
las formas conexas de intolerancia a que se enfrentan los afro descendientes,
teniendo en cuenta la situación particular de las mujeres, las niñas y los
varones jóvenes, como que si ellos fueran, un poder supranacional.
Por ello sostenemos que no reconocemos como venezolanos de piel
negra y no aceptamos que nos impongan
ningún epíteto, ante del venezolanos, originarios de la república e hijos de
nuestro Libertado Simón Bolívar, del Comandante Eterno Hugo Rafael Chávez Fría
y de esta gran nación que se llama Venezuela,
lo cual planteamos con gran
integridad y sin discusión, puesto que somos originarios de la tierra de
Bolívar y eso nadie nos lo va a quitar, porque reconocemos que llevamos la
sangre de un Imaginario libertario que independizo cinco naciones, en el que se
puede notar que quienes asumieron su bandera, tuvieron la capacidad de echar a
un lado su linaje, estatus social, propiedades para ir a hablar con los
libertarios Haitianos y pedir ayuda en pro de la independencia venezolana y no
se convirtieron en parcelas, porque sabían
que era necesario la “unidad en y de la acción”, en el que se comprendió
que esos negros, morenos, pardos o mulatos, se había convertidos en el alma y
espíritu de la gesta libertaria, en
sujeto crítico, solidario, cooperativo, autogestionario, bolivariano y no
entendemos que se utilice este momento histórico para imponer postura que no
encajan dentro de la realidad venezolana, en el que se hace necesario con mucha
urgencia, fortalecer nuestro autoestima
para poder combatir los argumentos que impusieron tal condición inhumana que permitió convertir a
seres humanos racionales en sub humanos, depositarlo en asientos y después
venderlos como subhumanos o animales y en el que se debe entender que se hace
necesario predicar la participación organizada sobre la base de la nueva
materialidad dentro de la República que se está formando hoy en Venezuela,
encauzada dentro de los parámetros del socialismo, humanitario y comunitario,
porque algo que no podemos olvidar, es que este proceso bolivariano no sólo
produjo un nuevo individuo, ideológicamente, políticamente, socialmente,
culturalmente, biológicamente y genéticamente, sino que además, la variedad de
experiencias sociales y culturales permitieron reinterpretar nuestras
experiencia y procesos históricos, según nuestras necesidades y consecuencias,
en el que unos venezolanos de color negro y moreno crearon una existencialidad
que los llevó a convertirse en sujetos creadores de cultura, puesto que el
aporte que hicieron, marcó un hito de gran trascendencia en la humanidad y es
la única herramienta con que contamos para elevar nuestro estima y eliminar los
vestigios que quedan de la irracionalidad cometida por quienes se dieron el
lujo de alimentar el oficio impío de cazar
a seres racionales y depositaron
en asientos para luego venderlos a los barcos europeos.
Agraddcemos a Antoniote Díaz, su colaboración.
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